Es la misma película, con los mismos protagonistas, casi con las mismas declaraciones, tan similares a las de hace un año. Se pueden repetir sin problema en los medios de comunicación y quedan vigentes.

“Estamos haciendo diligencias para conseguir los mejores refuerzos disponibles”, es el primer anuncio que sale de la dirigencia rojiblanca al inicio de la película en una etapa como esta, la de la puesta a punto.

Por su parte el técnico, insistente hasta el final,  siempre ha pedido su “delantero”.  Con su voluntad indomable debería protagonizar ‘No retroceder nunca rendirse XXV’.  

En esta versión del filme, a  Alexis Mendoza le trajeron uno solo de los tres que pidió: Michael Rangel, que promete hacer más que los Mena que se fueron. Sin embargo hay pocos atacantes para encarar los tres torneos.

En el  ‘tira y afloje’ - pleno desarrollo de la película - se caen los fichajes. Ahí aparece el parlamento favorito de los dueños del equipo: “hicimos nuestro mejor esfuerzo por traer a ese jugador, pero no se ajusta al presupuesto”.

En algunos casos , como en el del chileno Carlos Muñoz, “motivos ajenos” al club impidieron su llegada. El equipo árabe en el que juega puso como condición para dejarlo salir el no pago al jugador de una deuda de 50 mil dólares. Muñoz dijo que no. Tampoco se dio la llegada del argentino Germán Lessman.

Parece que en Junior las contrataciones se manejaran de acuerdo con la oferta de los empresarios amigos, no a la voluntad del equipo y menos a un proyecto serio que le apunte a la conquista de la esquiva octava estrella y a una digna presentación en la Copa Sudamericana.

Por su parte los espectadores de este filme de terror lo sufren,  gritan en redes sociales y observan como Nacional, por ejemplo, se lleva a los Miguel Ángel Borja y a los Mateus Uribe y le daña el fichaje a Junior.

En el caso de Borja la oferta económica verde atrajo al cordobés. Mientras que con la salida de Uribe, Gabriel Camargo dijo finalmente que Barrios no era transferible pese a haber llegado a un acuerdo por el 70% del pase del jugador, y de haber acordado el salario con el cartagenero. Faltó celeridad para resolver el 30% restante del pase.

Esa es la verdadera ausencia sensible en la nómina. Se fue Guillermo Celis y no hay un jugador con el que reemplazarlo. Wilmar Barrios era el indicado.

Junior pasó de tener un medio campo  bien cubierta a estar descubierto, Yhonny Ramírez está lesionado y se fue Jhonny Vásquez. En su lugar llegó Fáber Cañaveral, quien de entregar en Junior lo que dio en Uniautónoma F.C. y Envigado, puede hacer olvidar sin reparos a los dos primeros.

Pero, como en una buena película del terror que se respete siempre hay sorpresas. Ésta llegó desde el Tampico de la segunda división mexicana. David Álvarez, tan desconocido como rechazado de entrada, sin siquiera haberse puesto el peto de entrenamiento.

Álvarez es un defensor central zurdo, posición que había pedido el D.T., pero que no era  prioritaria, máxime cuando en la cantera hay jugadores que pueden llenar esa posición.

A pocas horas del debut y del cierre de las inscripciones, apareció la frase con la que se termina esta película, “con lo que tenemos nos vamos”.

Este viernes 8 de julio, terminó siendo como un  ‘Viernes 13’.

Así las cosas, solo resta apelar al ‘mago’ Alexis Mendoza, ese que sin contar con un goleador llevó a Junior a su segunda final consecutiva en la Liga. Hay una buena base, pero era imperioso reforzarla de verdad, no debilitarla.